La nostalgia está siendo uno de los principales retos durante el confinamiento. De repente te han aislado de personas importantes de tu entorno, personas a las que quieres, que forman parte de ti, pilares de tu vida que necesitas para seguir avanzando y sabes que, sin ellas a tu lado, seguir tu camino no es imposible, pero sí más difícil. Y aunque intentas acortar esa distancia con múltiples llamadas, e incluso es probable que habléis más que antes, necesitas un abrazo, un beso, coger su mano para tener la certeza de que todo va a ir bien o, ya que estamos nostálgicos, ese apretón de moflete que tanto odiabas de pequeño y que ahora pagarías para que fuera posible.
Hay días que esa nostalgia es imperceptible y otros, sin embargo, que no para de llamarte acompañada de su gran amigo, el recuerdo, para que el encuentro sea todavía más intenso. Hoy he decidido responderle con este pequeño escrito y ganarle la batalla construyendo un abrazo de palabras para enviarlo a todas esas personas que forman parte de mi esencia vital. Será mi propio escudo al que recurrir en caso de emergencia. Y cuando no sea posible, convertiré a la nostalgia en mi aliada. Ella se encargará de rescatar motivos para sonreír que habían caído en el olvido y que ahora, más que nunca, son necesarios para hacer más llevadero el trayecto. El trayecto hacia esa nueva normalidad de la que todos oímos hablar y que, aunque parece todavía muy lejana, sin duda, algún día acabará llegando.
Nostalgia y confinamiento. Una vez más consigues reflejar ese sentimiento que a todos nos envuelve en estos momentos tan excepcionales. Gracias por tu relato, por ese abrazo de palabras y por el sentimiento que con tu magica pluma trasmites.
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El final de la nostalgia es el principio de un futuro mejor.
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La nostalgia hará que cuando nos veamos nos haga el triple de ilusión que antes y lo disfrutemos tmb el triple!
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